lunes, 6 de diciembre de 2010

costumbres del noroeste

El criollo norteño

Secundino Rasguido (hijo de don Jesús y doña Agripina Rasguido, "del almacén de San José"), es capataz de la estancia de Chaquivil (localidad ubicada en medio de los cerros al oeste de la provincia de Tucumán) y representa al típico criollo de la zona montañosa del norte argentino. Hombre macizo, de varias habilidades, tales la talabartería, construcción, cocina, el manejo y cura de animales, una consuetudinaria cartografía, nacida del constante andar por sus zonas y los conocimientos necesarios para decir que la agricultura de montaña casi no tiene secretos cuando de sembrar o cultivar se trata.
Cada construcción de los cerros es realizada por sus moradores; ante la ausencia profesional cada uno de los habitantes es su propio veterinario, arquitecto, agricultor, carpintero, etc.
Son hábiles con el lazo y el arreo, si es menester "pillar" algún animal por los llanos, cuestas y montes; saben del uso del cuchillo si hay que cortar cuero para trenzar, cuerear o achurar un vacuno o un cordero para comer o bien moldear un palo para alguna necesidad. Trabajar la madera para tirantes de techo o muebles hogareños, es una constante. La tradición oral les enseñó a fabricar adobes con barro y paja para levantar sus viviendas o las de los patrones, saben seleccionar el pajonal adecuado para la techumbre; saben de mediciones, plomadas o empotrados por que la experiencia se los señaló. Si hay que coser unas alforjas o tejer una manta o curtir un cuero no deben recurrir a terceras personas. Conocen el manejo de las riendas para domar, amansar o simplemente guiar su monta al expendio más cercano.
Su trato es amable y reservado: la gente del cerro habla en voz muy baja -en especial entre ellos-, y con pocas palabras dan indicaciones muy certeras. Un mínimo "-fuera choco-" o "-andá chango-" traen aparejado un sistema de comunicación que no necesita repetir una orden. Al rejuntar la hacienda por las cuestas, en algunos casos de más de 70 grados de inclinación y sobre cientos de hectáreas, los gritos son para los animales arreados, pues cada uno sabe cual es su ubicación, ya sea adelante, detrás o al costado del arreo.
Y su vida sin ruidos ni prisas, los hace vivir largos años cultivando vivencias que algún advertido les sacará en agradables conversaciones de cocina, con un mate o un vinito de por medio. Y ellos, estos increíbles hombres del cerro, se acordarán de los rostros visitantes y de sus comportamientos para recibirlos, de acuerdo a ello, la próxima temporada.

La Coqueada

En los países situados al norte de Argentina (Bolivia, Perú) se cultiva la hoja de coca. Con algunas de ellas, se hace un bolo que se sitúa entre el labio lateral y los molares. Este "acullico" o "acuso", que ya usaban los indios en la época de la encomienda en el siglo XVIII y XIX sirve para combatir el sueño. Los "coqueros", por lo general apelan a este vegetal para trabajar muchas horas o para acompañar las largas tertulias regadas con "bebidas espirituosas" y condimentadas con mucha "juerga".
El uso de la coca, en este caso, no es el que le dan las personas que se dedican a matar a la juventud con vicios innobles; con respecto a ello, en "Coca no es cocaína" de ediciones Pueblos Andinos, nos indican que estudios médicos realizados, han demostrado que durante la masticación se inactiva el efecto de la cocaína, ya que la coca sufre una hidrólisis por efecto de la saliva y de los jugos gástricos; esto hace que ingrese a la circulación sanguínea como ecgonina, componente activo que favorece la digestión y la asimilación de los carbohidratos, parte esencial de la alimentación en los Pueblos Andinos.
Cuando uno está "mascando" coca varias horas, la hoja pierde su productividad y ya no despide "jugo", este es el momento de poner un poco de "bica" (bicarbonato de sodio) o yista (masa hecha de ceniza volcánica) para estimular la savia de la hoja.

Las hojas de coca se venden en 2 categorías principales y una especial: la hoja común y la seleccionada (la diferencia entre ambas es la calidad de las hojas, obviamente) y la 3a es la que se encuentra ya destallada (le sacan los tallos) y con acuyicos armados. Varían el precio y la frescura de las hojas.
Una noticia buena para los coqueadores:
Ley 23.737
Sancionada el 21 de Septiembre de 1989, promulgada el 10 de Octubre de 1989 por aplicación del artículo 70 de la Constitución Nacional y publicada en Boletín Oficial el 11 de Octubre de 1989.
Art.15: La tenencia y el consumo de hojas de coca en su estado natural, destinado a la práctica del coqueo o masticación, o a su empleo como infusión, no será considerada como tenencia o consumo de estupefacientes.

Leyendas de la Región Noroeste

El Cardón

Dibujo de esta sección:  Catu
Cuenta la leyenda que los cardones que hay en los valles, en especial en el camino a Amaicha del Valle, son indios, que convertidos en plantas, aún vigilan los valles y los cerros. Ellos velan por la felicidad de sus habitantes que, de esta manera, nunca más serán perturbados por extraños en conquista de tierras.
Pero más trágico es saber cómo se convirtieron en plantas. Se cuenta que en épocas de la conquista, el Inca, al ver que los españoles estaban dominando y martirizando a su El cardónpueblo, envió emisarios a los 4 puntos del imperio para organizar las tropas y así dar un golpe mortal al invasor.
Para ello, los guerreros se apostaron en puntos claves por donde pasarían los conquistadores, esperando la orden de atacarlos por sorpresa, pero esta orden nunca llegó pues los chasquis enviados fueron capturados en el camino y el Inca fue capturado, torturado y muerto. Los valientes indios esperaron y esperaron y vieron, desorbitados, pasar las tropas europeas sin recibir la orden de atacar.... pasó el tiempo y, desolados, quedaron en sus puestos.... la Pachamama, piadosa, los fue adormeciendo y haciéndolos parte de ella.... así comenzaron a unirse sus pies a la greda y la Madre Tierra los cubrió de espinas para evitar que los dañaran en su sueño...
Se dice que aún hoy estos estoicos vigías esperan la orden que nunca llegará...

El Kakuy

Dibujo de esta sección:  Catu (Carmen Ocaranza Zavalía)

El cakuyEste cucúlido, el Nyctibius griseus cornutus (Vieillot), es un ave de rapiña, nocturna, denominada Kakuy y Túray por los quichuas, Urutaú por los guaraníes, la Vieja y Mae da luna por los brasileños.
Según Alberto Vúletin en “Zoonimia Andina” la pronunciación correcta es cácuy porque es onomatopeya del canto de esta ave de la familia de las Caprimulgidae.
Cuenta la historia que dos hermanos vivían en el monte. La hermana era mala y el hermano era bueno. El le traía frutos silvestres y regalos, pero ella le correspondía con desaires y maldades. Un día él regresó de la selva cansado y hambriento, y pidió a su hermana que le alcanzara un poco de hidromiel. La mala hermana trajo el fresco líquido, pero antes de dárselo lo derramó en su presencia. Lo mismo hizo al siguiente día con la comida. El hermano decidió castigar su maldad. La invitó una tarde a recoger miel de un árbol que estaba en la selva. Fueron allí y el hermano logró que ella trepara a lo más alto de la copa de un quebracho enorme (para algunos era un mistol, para otros un algarrobo). El, que subió por detrás, descendió desgajando el árbol de modo tal que su hermana no pudiera bajar. El muchacho se alejó. Allí quedó la joven, en lo alto, llena de miedo. Cuando llegó la noche, su miedo se convirtió en terror. A medida que pasaban las horas, comenzó a ver, horrorizada, que sus pies se transformaban en garras, sus manos en alas y su cuerpo todo se cubría de plumas. Desde entonces, un pájaro de vuelo aplumado, que sólo sale de noche, estraga el silencio con su grito desgarrador -¡"Turay", "Turay" !- : ¡"Hermano", "Hermano" !.
Otra leyenda (Lehmann-Nitsche) nos habla de que el dios Sol, personificado en un gallardo mancebo, enamora a Urutaú, hermosa doncella. Luego de seducirla se va. Convertido en el astro viajero se instala en el firmamento. Desesperada en su dolor y en su abandono, Urutaú sube a un árbol muy alto, y allí se queda para mirarlo siempre. Cuando el sol desaparece por el horizonte, Urutaú llora con desesperación su ausencia, y lanza gritos desgarradores. Recupera su calma cuando su amado surge nuevamente por el oriente.
El nombre kakuy ha sufrido varias evoluciones, así cacuy, kacuy, etc., nosotros hemos adoptado la utilizada por Bernardo Canal Feijóo en su trabajo Mitos perdidos (1938).
 

La Mulánima

Dibujo de esta sección:  Catu (Carmen Ocaranza Zavalía)
También llamada Alma-mula, este engendro es una mujer condenada por pecados muy graves en contra del pudor. Galopa por los campos haciendo un ruido metálico estruendoso - como si arrastrara cadenas -; echa fuego por la boca, los ollares y los ojos y mata a la gente a dentelladas o a patadas. Se la ve sólo de noche y su apariencia es la de una mula envuelta en llamas..
En Tafí del Valle se ha encontrado, en la "Ruta de Birmania" (camino que lleva al Ojo de Agua y que pasa por detrás de la Loma del Pelao), una piedra con una pisada de este animal.
Se comenta que sólo un hombre con mucha Fe o muy valiente puede escapar de su infalible ataque. Para repelerla o defenderse se debe repetir tres veces "Jesús, María y José".
Algunas personas dicen que el Alma-mula es el Diablo mismo.
Elena Bossi en Seres Mágicos, nos cuenta que la Mulánima es una mujer condenada que se transforma de noche, con la primera campanada de las doce, en una mulita chica, que anda galopando y arrastrando cadenas, mientras da rebuznos estridentes y desesperados. La misma autora narra que el grito de la Mulánima es a veces como un relincho y otras como un llanto de mujer… y que el periplo de este ser termina en la puerta de una iglesia, emprendiendo el camino de regreso.
“Lleva las riendas suelta, de modo que al correr las pisa y se lastima la boca con el freno” cuenta Elena Bossi, lo que agranda aún más la desesperación del fabuloso animal. Hasta se dice que sale mayormente en tiempos de tempestad y que ataca las majadas, comiendo algunos animales y dejando otros heridos.
Juan Carlos Dávalos, el gran escritor salteño, relata que un peón suyo, “allá por los 20”, llevando un arreo en las cercanías de los nevados del Acay, se separó del grueso de la tropa para buscar un ternero perdido… le llegó la oración en la travesía y cuando volvía por una estrecha huella del cerro, vio a la lejanía una pequeña luz que se acercaba rápidamente… el viento que corría del mismo lado trajo el vaho azufrado… cuando se dio cuenta que es lo que se acercaba… era tarde… de frente y dando horrorosos alaridos y tirando fuego por los ollares, venía galopando desenfrenada una mula del tamaño de un caballo grande… Hallaron al criollo con el rostro desencajado y el pelo y los ensillados quemados… casi mudo… apenas pudo balbucear el encuentro y su corazón no resistió más… entre congelado y aterrorizado, el pobre no era más que un guiñapo… lo mismo que en la Ruta de Birmania, arriba mencionada, en esta senda del Acay también quedó marcada una huella en la piedra pelada… “que las hay… las hay”.

Más datos: www.cuco.com.ar

Pachamama, el castigo de la tierra

Don Hilario y su hijo solían cazar guanacos, vicuñas y llamas; por lo general mataba más animales de los que necesitaba, aunque a los sobrantes los vendía luego en el pueblo. Es sabido que la Pachamama, Madre tierra, no permiten que cacen sus animales por deporte, y menos que maten a las madres de las manadas. Don Hilario, sordo a los decires, fue cazar como todos los días, pero aquella mañana la Pachamama les dio un aviso, haciendo retumbar la tierra y produciendo derrumbes en los cerros; padre e hijo intentaron cubrirse en una saliente pero la mula se empacó y forcejeando se fue acercando al abismo hasta vencer las fuerzas de don Hilario y el animal cayó al abismo... esta fue el primer pago que cobró la Pachamama.
Segundo después se terminaba el temblor y volvía el silencio a las peñas... los viajeros, asustados, contemplaban al mular al fondo del precipicio... asustados corrieron a hacerle una ofrenda a la Madre tierra, para calmar su enojo. Enterraron cosas que llevaban, como ginebra, coca y un cigarrillo, le hablaron en voz baja, con mucho respeto, pidiendo perdón, buenas cosechas y muchos animales.
Don Hilario pidió permiso para seguir cazando. La gente del pueblo también oró a la Pachamama y hasta le sacrificó una llama en su honor. Don Hilario, convencido de tener permiso para seguir cazando, se internó en los cerros, pero no lo siguieron ni su hijo ni la gente del pueblo. Luego de la cacería, Hilario retornó a su rancho y no encontró a su chango, que había salido a juntar las cabras... Preguntó a los vecinos, que nada sabían... Lo buscaron hasta pasada la oración, interrumpiendo la búsqueda al caer la noche.
Rastrearon las huellas del muchacho por uno  y otro lado, pero fue inútil. Sólo al caer la tarde hallaron las cabras, lejos del caserío. Pasaron varios días y semanas y hasta el mismo Hilario dejó de buscar a su hijo.
Una madrugada, unos arrieros que bajaban al pueblo, vieron de lejos al hijo de don Hilario... cabalgaba sobre un guanaco guiando a la manada... parecía un fantasma... iba vestido con pieles, y desapareció en la neblina del monte junto con los animales.
La Madre tierra volvió a cobrarse una deuda... llevándose al único hijo que don Hilario tenía, a cambio de los animales que él había matado innecesariamente.
Los arrieros contaron lo visto a don Hilario, quien comenzó a realizar ofrendas a la Pachamama, quien no le otorgó buenas cosechas, pero tanto y tanto debió orarle y tan puro habrá sido su arrepentimiento, que al cabo de unos años don Hilario se vio bendecido con otro hijo... a quien enseñó el respeto por los animales y la tierra.

El Zupay

Dibujo de esta sección:  Franco Alvarez
El Zupay, uno de los seres malignos de nuestra mitología folklórica... En realidad es el mismo demonio. Ricardo Rojas mencionaba que el Zupay prefiere la forma humana para sus manifestaciones; "ha encarnado alguna vez en cuerpo de hermoso mancebo, apareciéndose en un rancho de la espesura para tentar a cierta mujer ingenua. Se ha mostrado otra ocasión como un gaucho rico y joven que visitó la selva en su caballo enjaezado de mágicos arreos".
El Zupay es todo lo que representa el mal, el sufrimiento, la desdicha, la maldición. En algunos sitios del Norte Argentino y sur de Bolivia es también un dios, resultando la paradoja del dios-demonio y demonio-dios.
Son diversos los lugares que habita este maligno ser, lugares de juego, de placer y de tentación. El es el que preside las reuniones de la salamanca, el que tiene como súbditos a sapos, víboras, duendes y los desdichados que le vendieron su alma a cambio de alguna gracia terrena.
El Zupay vendría a ser el Satanás cristiano y al Anchanchus incaico, tal nos recuerda Antonio Paleari.
Sus ardides para lograr sus objetivos son infinitos, desde parecer un ingenuo niño, hasta una tentadora mujer, así pone a disposición de los incautos y descreídos todas sus artimañas, las que terminan con un contrato firmado con tinta china y la muerte del criollo que por una mujer, cantar, bailar o dinero le entregó el único don que el hombre no debe descuidar: su alma.
Sus nombres más comunes son Diablo o Tío y se dice que vive preferentemente en las profundidades de la tierra en medio de llamas ardientes. Cuando se está por producir su aparición el olor inconfundible del azufre es una carta de presentación que apabulla al más valiente.
Antonio Paleari dice que su imagen más difundida es la de un pequeño enano de anchas espaldas y abultado vientre, calvo y si bien no es joven, tiene agilidad y cierto donaire. Su mirada es cautivante, socarrona y su sonrisa, franca y compradora. Su vestimenta es variada pero muy rica. Vive en las grutas, en los fondos de las lagunas y de los manantiales. Vaga en las minas profundas y descansa en las casas abandonadas.
También es representado como un macho cabrío, mitad carnero mitad hombre, y su mayor arma es lograr la desunión y la desesperanza.

sábado, 4 de diciembre de 2010

lunes, 29 de noviembre de 2010

Instrumentos Musicales de la Región Noroeste

Anata:

Es una flauta de pico construida con un trozo de madera blanda, al que se le realiza en el centro una perforación circular longitudinal de pequeño diámetro, quedando abierto el extremo distal.
Tiene seis perforaciones en la pared anterior, pared que tiene una parte rebajada.
La Anata se construye en distintos tamaños y diferentes registros - los de 30 cm. de longitud son los más habituales en la región del noroeste, con 4 cm. de diámetro - pues junto al bombo y el redoblante se agrupan formando bandas, especialmente durante la época del carnaval, y para los jueves de comadres, para ejecutar danzas tales como huaynos y carnavalitos. Es un instrumento que procede de Perú y Bolivia donde se lo conoce con el nombre de tarka.

Erke:

Aclaración El dedicado investigador Rubén Pérez Bugallo, nos indica en su “Catálogo ilustrado de instrumentos musicales argentinos” que “Erke” no es el nombre correcto de este instrumento aerófono de gran tamaño, sino “Corneta”.
Erke o cornetaDice Pérez Bugallo: “la costumbre de llamar erke a la corneta, es una confusión que se inicia hacia fines de la década del treinta. El mismo Vega en su obra de 1946, le aplica erke como identificación principal y solo agrega (“Corneta”) a modo de aclaración secundaria. Hoy en día se da incluso el justificable fenómeno de que algunos corneteros norteños – hasta no hace mucho elocuentes testigos de la confusión terminológica urbana – comienzan a llamar erke a su instrumento siguiendo las “relgas” dictadas por la metrópoli (proceso de reemplazo que quizá resulte ya irreversible). La caña También se la llama caña en la zona puneña, y chifle en Santiago del Estero.
Es un instrumento de alrededor de seis metros de largo hecho de caña al cual se le quitaron los tabiques (salvo el primero). Pérez Bugallo nos explica que para eliminar los tabiques se realizan pequeños orificios cuadrangulares cerca de cada nudo, y una vez que éstos se eliminan, el orificio de acceso vuelve a taparse con el mismo trozo de caña, ajustado con cola o con cera. El pabellón Es la parte de la corneta que amplifica el sonido y está constituido por una cola vacuna “cuereada en bolsa”, que moldeada y rellenada adquiere, una vez seca, la forma de un embudo curvo; allí se introduce el extremo distal de la caña. La medida de la embocadura, dice Pérez Bugallo, coincide con el ancho de la falange del dedo pulgar del constructor, quien suele ser, casi siempre, el ejecutante. En algunos casos el pabellón se construye también con cuernos o latón, como en Santiago del Estero. Cuando se ejecuta El erke o corneta se ejecuta en contadas ocasiones, por lo general de carácter ceremonial. Se usa acompañando procesiones y danzas de suris, por lo general complementado por bombos. Su uso está delimitado al Domingo de Pascuas y Día de todos los Santos. Esto nos lleva a entender que el verso “erke, charango y bombo, carnavalito para bailar” - El Humahuaqueño, prácticamente un himno popular de Humahuaca, de Edmundo Zaldívar (h) -“era una asociación instrumental tan insólita como absolutamente inexistente”, ya que el autor, al momento de componer la popular canción, nunca había conocido siquiera, las provincias del Norte. El erke o corneta, NO se utiliza con charangos. Sabías que?: Existe una variante con tubo de manguera de goma, adaptada al pabellón.

Erkencho:

ErkenchoAlgunos autores lo consideran como una variante del erke, mucho más pequeño, al que llaman erkecito. Consta de una boquilla de diez a trece centímetros de largo y un cuerno de vacuno que amplifica el sonido. Se lo usa en Jujuy, Salta, Formosa y Chaco.

Flauta tucumana:

Esta denominación pertenece a Carlos Vega, ya que los lugareños le dicen simplemente flauta. Es unFlauta tucumana aerófono vertical de caña, hueso o metal, con aeroducto y abertura cuadrangular. En uno de los extremos del tubo se aplica unt apón de cera, el cual se perfora para formar el canal de insuflación. Posee 6 orificios equidistantes en la pared anterior y uno en la opuesta.

Flautilla jujeña:

Así denomina Carlos Vega a este aerófono que se encuentra principalmente en el norte de Jujuy, losFlautilla jujeña lugareños le llaman quena o flauta. Tiene una longitud de 30 a 40 cm. Como tope tiene el nudo de la caña, mientras que en el otro extremo tiene un recorte de 2 aletas con una escotadura central. Tiene 4 orificios y es un instrumento de invierno, y nos cuenta Héctor Goyena que lo ejecuta una sola persona simultáneamente con una caja.

Pinkullo:

Héctor Luis Goyena en "Música Tradicional Argentina" nos lo describe como una típica flauta de pico que sePinkullo hace con caña, con 6 orificios de digitación equidistantes en la mitad distal de la pared anterior y a veces un séptimo en la opuesta y una longitud promedio de 40 cm. Su empleo en la región noroeste disminuye gradualmente, aunque aún suele oírsela en niños y adolescentes.

Quena:

Se construye con caña, hueso u otro material. Generalmente tiene seis o siete agujeros, uno en la parte inferior y los restantes en la parte superior. Se la usa junto con le tambor para acompañar bailecitos, carnavalitos o huainos, ejecutándose muy especialmente melodías pentatónicas. Es el más difundido de los instrumentos aerófonos.

Siku o antara:

Siku es el nombre aymará de la flauta de pan; en quichua se lo llama antara, y enSiku español zampoña. Tiene dos hileras de tubos - en cantidad de ocho -; la primera es de doble tamaño que la segunda. En realidad, el siku es medio instrumento, pues se necesitan dos para obtener una escala completa, alternando los sonidos entre un siku y otro. La ejecución de este extraño instrumento - por lo dicho anteriormente - requiere ejecutantes expertos.

Charango:

CharangoEs una guitarrilla criolla, muy difundida en el norte de nuestro país, especialmente en Salta y Jujuy. Para la construcción del charango se utiliza como caja de resonancia la caparazón de un armadillo disecado, por lo general, se utiliza el quirquincho. El encordado consta de cinco pares de cuerdas. Se lo usa para acompañar bailecitos, carnavalitos o huainos... en algunas oportunidades, solo.
Historia:
Los orígenes del charango se remontan a la colonización española de América. En este periodo muchos instrumentos musicales europeos llegaron a tierras americanas y, entre ellos, la vihuela de mano, una especie de guitarra con cinco cuerdas que se elaboraba en tres tamaños: pequeño, mediano y grande. El desembarco de la vihuela en diferentes lugares de América propició la creación de nuevos instrumentos inspirados en ella.
Existen varios documentos acerca de la penetración y uso de la vihuela en América. En diferentes lugares de Bolivia y Perú, entre 1547 y 1757, aparecen de forma reiterada vihuelas esculpidas en portales de iglesias donde son tocadas por sirenas. En la ciudad de Potosí, Bolivia, centro económico de la vida colonial americana, los cronistas de época cuentan que también llegaban músicos de Europa, entre ellos vihuelistas, que deleitaban al pueblo tocando en celebraciones en las que se cantaba y bailaba.

En México apareció la jaranita, la jarana, el mosquito, la huapanguera, la guitarra jaroncha y otros; en Puerto Rico surgió el cuatro; en Colombia, el tiple; en Panamá, el socavón; en Ecuador, el bandolín; en Chile, el guitarrón, y en Bolivia y Perú se creó el charango.
En la actualidad, el charango es un instrumento de uso popular en Bolivia, Perú, norte de Argentina, Chile y Ecuador.
Desde sus orígenes, la materia prima con que se elabora el charango han sido diversos tipos de maderas y caparazones de armadillos (Folkloredelnorte.com.ar Nº 1) aunque en diferentes lugares, los caparazones de armadillos, así como las conchas de tortugas, se han utilizado para armar guitarras, mandolinas y bandurrias, razón por la cual en ocasiones se les ha confundido con charangos.

Su nombre:
En cuanto al origen de la palabra ‘charango’ aun no hay certeza. Posiblemente deriva de dos voces americanas: charanga, palabra muy utilizada durante la colonia, que significa ‘música de instrumentos metálicos’ y de charanguero, que quiere decir ‘tosco, grosero, chapucero, chambón, embustero, imperfecto’, por ser un instrumento rústico, que era usado por los campesinos o clases populares.
Área de influencia:
El charango forma parte de la tradición musical del altiplano sudamericano y se usa habitualmente en las fiestas populares; está presente entre los grupos folclóricos, y destacados solistas hacen exhibición del grado de virtuosismo y técnica que se han alcanzado en este instrumento, en nuestro país Jaime Torres es quizá el “charanguista” más famoso. En Bolivia es tan difundido, querido y utilizado el charango que es considerado Patrimonio Nacional, y hay una plaza que lleva su nombre.
Particularidades
- El sistema de afinación del charango es muy particular, teniendo en cuenta que consta de 5 pares de cuerda. La primera y la tercera afinan en mi al unísono, la segunda en la, la cuarta en do y la quinta en sol.
- No es muy común encontrar luthiers que hagan charangos, si es posible encontrarlos con frecuencia en Bolivia.
- Antiguamente se les ponía cuerdas de tripa y posteriormente metálicas o de nailon.
- En general a las cuerdas dobles de metal era más sencillo adquirirlas o hacerlas traer del extranjero que comprarlas en el país.
- Los araucanos tenían un charango de 2 ó 3 cuerdas de alambre que atan a los palos del rancho, según algunos era de creación propia, pero para otros investigadores sólo se lo conoció luego de la llegada de los españoles-
- En Bolivia, el maestro Ernesto Cavour ha hecho una catalogación básica de la familia de charangos, atendiendo a seis tamaños diferentes: pequeño, agudo, tipo, mediano, bajo ligero y bajo. Si se consideran la longitud de las cuerdas al aire (entre el puente y la cejuela), las medidas van de los 17 cm. (pequeño), a más de 65 cm. (bajo).
- Los estudios sobre los instrumentos musicales de uso popular en Perú determinaron una variedad de 11 tipos de charangos que son utilizados actualmente en diferentes zonas del país..
Fuente principal: Origen e Historia del Charango, de Gonzalo Ferrari para http://www.correodelmaestro.com/

Guitarra:

Es el más difundido de todos los instrumentos musicales, ya que su área deGuitarra criolla dispersión comprende prácticamente todo el país. Indudablemente no es un instrumento autóctono pero su fuerte arraigo lo hace como el más común para la música folklórica.
Se la utiliza para acompañar el canto o como único instrumento.


Bombo:

Este instrumento, quizá el más representativo dentro de la música de raíz folklórica del Norte Argentino, que actualmente está siendo injustamente desplazado, puede pertenecer a tres variedades, según el estudioso necochence Rubén Pérez Bugallo: Orquesta, Procesión o Banda.
A nosotros nos compete el primero (de Orquesta), pero podemos decir que el de procesión se usa sin aro y es más chato que el anterior, y el de Banda es parecido al utilizado en bandas militares cuya altura es menor al diámetro, su fabricación es industrial, se ejecuta con un maso.

Bombo propiamente dicho
Origen
Algunos le dan un origen prehistórico, pero no como instrumento musical, sino ceremonial. En otros casos lo emparentan directamente con las “cajas de guerra” o los “atambor” que trajeron las fuerzas españolas. También existe la teoría de que el bombo podría haber sido utilizado como instrumento de alarma o aviso.

Fabricación
Es el que se utiliza en los conjuntos de música de raíz folklórica. Mide aproximadamente 60 cm. de altura por 45 cm. de diámetro. La madera puede ser de ceibo, palo borracho, caspi zapallo o lecherón. Por lo general la limpieza externa del tronco es con hacha y la interna con gubia y masa. Para el secado se utiliza un soporte interno. Los aros de los extremos son varas de quebracho blanco, tala o lanza.
En los extremos del bombo y por debajo de los aros se sitúan los parches que pueden ser de cabra y de oveja, y van sujetos por correajes de suela o de cuero crudo torcido.

Implementación
Suele ejecutarse golpeando el parche, pero parece que fue don Andrés Chazarreta y su Orquesta Nativa quienes divulgaron la alternancia con el aro.
Pero sin duda quien lo puso en auge fue el conjunto salteño Los Chalchaleros, quienes extendieron el sistema tres guitarras y bombo para las agrupaciones de música folklórica.

Legüero
El nombre legüero, término difundido por Los Hermanos Abalos, hace referencia a que cuando un bombo es muy bueno se oye “a leguas del lugar”. Aunque prácticamente esta circunstancia es muy poco probable, no hay buen bombisto que no tenga un legüero para acompañar el canto o un buen zapateo.

Caja

Está construida con madera de tala, nogal, cardón sauce, etc. y con dos parches que Caja pueden ser de oveja, cabra u otro animal. Con la madera se hace el "aro" del instrumento, y los parches son las membranas que, puestas en tensión sobre el aro, vibran.
Se utiliza en La Rioja, San Juan y Santiago del Estero; también en Jujuy, donde se lo denomina "uancara".

Ha sido un instrumento utilizado desde tiempos inmemoriales en las zonas del Noroeste Argentino… actualmente las “copleras” y “bagualeros” hacen uso de ella en sus repertorios.
Los santiagueños tienen la costumbre de cantar vidalas “a dos picos” sólo acompañados por las cajas.
En el cancionero argentino la caja se denomina de diferentes maneras: caja vidalera, caja chayera, etc. y es el instrumento más indicado para entonar estos sones propios de nuestro Norte.
 

TE´I DE OLVIDAR - Vidala

Letra y Música: Rec.: Andrés Chazarreta

Esta cajita que toco vidalitay¡
tiene boca y sabe hablar,
mi bien, ay¡ mi dolor¡
solo le faltan los ojos, vidalitay¡
para ayudarme a llorar,
mi bien, ay¡ mi dolor¡

Estribillo
Te´i de querer
te´i de adorar
te´i de llevar adónde
nadie te pueda encontrar
tan solo muriendo yo te´i de olvidar.

El día que no te veo, vidalitay¡
para mi no sale el sol,
mi bien, ay! Mi dolor!
ni brillo tiene la luna vidalitay!
ni sangre mi corazón.
mi bien, ay! Mi dolor!

Danzas de la Región Noroeste




Baguala: canción habitualmente dramática, propia del noroeste argentino. La línea melódica esta formada por notas graves y agudas a las cuales se pasa sin transición. Se acompaña con golpes de guastana (palillo forrado en su extremo con un trapo) con la que se percute el parche de la caja o tamborcillo.
Puede cantarse individualmente o al unísono, con voz grave (por grueso) o aguda (por delgadito).
La música de la Baguala se produce solo en tres notas ordenadas en escala fija. (Carlos vega).


Carnavalito: es característico del noroeste y norte argentino, y en especial de Jujuy. Primitivamente constituía una danza colectiva. Puede ser cantada. Su música adecuada es el huaino peruano. El paso del Carnavalito, expresa Carlos vega es sencillo, se trata de un trotecito regular y ágil.en algunos tramos puede hacerse sobre el pie que se asienta. Felix coluccio anota: es pareja suelta, pero se baila formando conjuntos. Los bailarines llevan aveces una ramita de albahaca o unas espigas de maíz, elementos propiciatorios de una buena cosecha.Rodolfo Arizaga la define como danza argentina en compás de 6/8y de movimiento animado. Es de procedencia coya y se baila actualmente en el noroeste argentino

Chaya: vidala de ritmo especialmente vivaz, que se canta en carnaval, especialmente en la Rioja. La voz chaya designa según Jorge lira, la acción de llegar. Samuel Lafone Quevedo expresa que chayac significa el que llega, aludiendo a la llegada del carnaval, personificado en el pujllay, muñeco grotesco adornado con los atributos de la prosperidad y fortuna, que es enterrado cuando la festividad termina.
Huayno: canción folclórica y danza de origen peruano, en compás de 2/4. El musicólogo otto mayer-serra, que escribe huayño lo caracteriza así: de tono menor de tipo melancólico, pentafónico y frecuentemente sincopado. Consta de tres partes, cuya extensión varía mucho. Es de ritmo binario (2/4; 6/8). En la tercera parte, la melodía suele pasar a los bajos, mientras que las voces agudas(instrumentos de madera) marcan un constante movimiento de semicorcheas... es baile y canción, muy popular en Bolivia y perú, también conocido en el norte argentino.
Takirari o taquirari: el musicólogo Otto Mayer Serra expresa: canción del oriente boliviano, su forma musical consta de una introducción y tres partes, la última semejante a la tercera parte del carnavalito, su ritmo de 2/4 es de tipo de la habanera.
Triste: canción melancólica, patética, sentimental y aun dolorosa, muy difundida en Chile, Perú, y noroeste argentino y aun en el siglo pasado y principios del siglo XX, en gran parte de nuestro país, en buenos aires y en la región pampeana. El musicólogo Carlos Vega expresa: ninguna canción sudamericana tuvo jamás la originalidad, la belleza y la aceptación del triste.
En cuanto a su música, indica construye períodos de 3 a 6 frases de igual o diferente medida: de manera que aun cuando son pocas las formulas de pie que utiliza, su melodía es rica por variedad.

Vidala: la vidala es una de la mas bellas canciones argentinas y la mas rica en artificios de estructuras. Es una canción exclusivamente argentina, tanto por su estructuras musicales como por las poéticas. Responden a varios grupos de melodías. Pero la característica mas constante de estos cantos es el acoplamiento de terceras paralelas ( excepto en las vidalas tetrafónicas y pentatónicas) que obligan a la voz superior a terminar en la tercera del tono, mientras la voz inferior aborda la tónica, que cae casi sin excepciones al modo menor. (Isabel Aretz)
En Catamarca, según Carlos Villafuerte, la vidala es la canción mas auténtica de la gente del pueblo. Se acostumbra cantarla en las fiestas o cuando se realiza algún trabajo. Cuando se hallan de fiesta, hombres y mujeres forman un circulo colocándose alternados y echándose los brazos al cuello. En el centro del círculo se coloca el que toca el tambor para acompañar el canto. A éste se lo llama cajero. Uno de la rueda dice una copla y todos la cantan balanceando el cuerpo al compás del tambor. A este balanceo se lo llama chulanchar. Después de cantar los versos agregan un estribillo. Así continúan hasta que todos hayan echado su copla, que se canta con el mismo estribillo.

Vidalita: canción lírica de variado ritmo cuya denominación del quichua significa mi vidita, las vidalitas expresa Carlos Vega, son pequeñas canciones de carácter variado y diferente velocidad. A veces son tiernas endechadas; a veces alegres y movidos cantos de carnaval. Primitivamente , su área parece solo haberse extendido hacia el este desde Jujuy hasta San Juan, y desde el norte a Tucumán; pero el movimiento tradicionalista argentino y el muy andariego circo criollo la difundieron por casi todo el país, y la hicieron particularmente popular en buenos aires, hacia fin de siglo. Su forma poética no es uniforme, pero la habitual es la de la cuarteta en la cual se intercala la palabra vidalita entre el primero y segundo verso y entre el tercero y el cuarto, del modo siguiente: los días mas bellos /vidalita / tienen su hora amarga/ y hasta en la agonía / vidalita / luce la esperanza.
No debe ser confundida con la vidala. La vidalita suele ser mas lenta que la vidala, aunque se crea lo contrario, no obstante algunas vivaces y un tanto superficiales. La vidala denuncia un sentimiento mas hondo, trágico a veces.
Villancico: canción popular primitivamente profana, pero que ha quedado con exclusividad para cantar el nacimiento del niño Jesús.

Yaraví: canción popular argentina, de procedencia incaica. En compás de 3/4 , extiende su zona de influencia desde ecuador al norte argentino, su melodía es lenta y triste. ( Rodolfo Arizaga).
Félix Coluccio expresa: puede ser confundido con el triste, como ocurre en Perú, donde se tienen por sinónimos. El yaraví incaico, puede distinguirse porque se construye casi siempre en escala pentatónica y porque modula en forma primaria del tono a su relativo. El yaraví incaico de antes de la conquista usaba pies binarios; hoy admite también ternarios.
Carlos vega explica que la única diferencia perceptible entre el yaraví y el triste se da, en que el primero es mas sintético, mas dramático mas denso y mas libre.
Los textos poéticos suelen ser muy variados y hasta extravagantes. Un ejemplo, ya mi triste desventura / no deja / esperanza de tener / alivio / y el buscarlo sólo sirve de darme / el tormento de mirarlo / perdido.

Algunas coplitas...

Cuando salí de Abra Pampa
volví la cara llorando.
¡Adiós, adiós, tierra mía,
que lejos te vas quedando! (J.A.Carrizo)

En tucumán:
Yo soy torito cumbreño
y recién caigo a los llanos;
en las astas traigo invierno
y en el balido, verano.

En Salta:
Yo soy torito bueno,
no hay árbol que no desgaje:
en las astas traigo fuerzas
y en el cogote, coraje.

En La Rioja:
Yo soy el torito buey,
me llaman el orejano;
en las astas traigo invierno
en el balido, verano.